César, después de haber dado las órdenes necesarias, se apresuró a animar a los soldados sobre qué parte de la cuarta fortuna lo llevó, para animar y para la décima legión. El recuerdo de su antiguo valor, y el fomento de las tropas no era más que usar la mente para retener la alarma, y la valentía de resistir el ataque del enemigo, que no es más de ellos que la distancia a la que un dardo podría ser lanzado, dio la señal de la batalla fue confiada a. Y lucharon con él había entrado en otro artículo que se animó a cumplir. Y así determinado era la mente del enemigo en la lucha, que el tiempo era tan corto, no sólo para la colocación de las insignias militares, pero incluso para ponerse los cascos tiempo faltaba. Lo cual, se arriesgó a entrar en la obra, y todo lo que las normas que vio primero, a éstos se encontraba, no sea que en la búsqueda de su propio tiempo para la lucha.
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